viernes, 2 de julio de 2010

La importancia de los Valores en la Educación


Partiendo de la premisa de que es el hombre el que transforma el mundo y la educación su herramienta, el proceso de construcción del aprendizaje se potencializa y optimiza con la implementación de acciones y proyectos que coadyuven a que la educación logre su objetivo “la perfección del ser humano”.


La educación durante la vida, se ha presentado como una de las llaves de acceso de los pueblos para ingresar a un mundo de constantes cambios, que exigen a los individuos capacidades para asimilar los procesos de las ciencias y las tecnologías, esto se logrará mediante la reestructuración constante de esquemas cognitivos que se precisan para crear y ubicar esta sociedad en el tiempo y el espacio.

Por lo tanto, después de la familia, es en la escuela donde se inculca el gusto y el placer de aprender, despertar la curiosidad del intelecto que se sacia con una educación integral y de calidad, donde el educador es el que transmite al educando lo que la humanidad ha aprendido sobre ella misma y sobre la naturaleza, todo lo que ha creado e inventado de esencial y sobre todo, no perder de vista el sentido de lo humano: el amor y el respeto a sus semejantes, como elementos base para aprender a vivir en una sociedad libre y justa.

Solamente de esa manera nuestros jóvenes podrán enfrentar al futuro, con la solidez cognitiva y humana, así como la capacidad de la construcción de su propio conocimiento, forjando un espíritu crítico basado en la razón y sobre todo, con los valores éticos y morales; esencias únicas de los seres humanos.

Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro.


Nos proporcionan una pauta para formular metas y propósitos, personales o colectivos. Reflejan nuestros intereses, sentimientos y convicciones más importantes. Los valores se refieren a necesidades humanas y representan ideales, sueños y aspiraciones, con una importancia independiente de las circunstancias. Por ejemplo, aunque seamos injustos la justicia sigue teniendo valor. Lo mismo ocurre con el bienestar o la felicidad.

Los valores valen por sí mismos. Son importantes por lo que son, lo que significan, y lo que representan, y no por lo que se opine de ellos.

Los valores se traducen en pensamientos, conceptos o ideas, pero lo que más apreciamos es el comportamiento, lo que hacen las personas. Una persona valiosa es alguien que vive de acuerdo con los valores en los que cree. Ella vale lo que valen sus valores y la manera cómo los vive. Pero los valores también son la base para vivir en comunidad y relacionarnos con las demás personas. Permiten regular nuestra conducta para el bienestar colectivo y una convivencia armoniosa.

Formar en valores es complejo, porque a diferencia de las normas, los valores son convicciones, y los educadores, líderes y modelos de valores en la escuela, tienen la posibilidad de reforzar lo formado en el hogar, pero sin sustituirlo. Si las convicciones que se forman en la casa no son sólidas, pronto se verán expuestas a una intensa competencia social con otras creencias.

Las personas que en nuestras vidas tienen un rol de liderazgo son quienes nos transmiten más valores. Por eso no es casual que ellas sean nuestros padres, hermanos mayores, abuelos, ciertos familiares, maestros, compañeros estudiantiles que admiramos y jefes.

Pero para poder transmitir algo hay que poseerlo, y sólo se transmiten a través del ejemplo práctico cotidiano de las actitudes y conductas. Es muy poco probable formarlos con grandes explicaciones o a través de una lista de lo que se considera correcto o incorrecto. La memorización de sus significados teóricos no garantiza que los valores se pongan en práctica.

Los valores son producto de la experiencia, tienen su sede en nuestro psiquismo y en su generación intervienen la inteligencia, la voluntad, los afectos y emociones; a la vez tienen referencias necesarias en el mundo exterior a nosotros, son realidades internas y externas, subjetivas y objetivas.

Por lo tanto, es necesario que hagamos conciencia de que la finalidad de Educar en Valores es que los seres humanos lleguen a apropiarse conscientemente de su propia dignidad. Para coadyuvar en el desarrollo de sujetos autónomos, capaces de construir sus propias estructuras de valores, definir sus principios y tomar decisiones con libertad y responsabilidad.

En la actualidad podemos percibir que la escuela participa muy poco en la formación de valores, y es sumamente importante que contribuya solidificando este aspecto, porque puede contribuir en la educación de una manera sistemática y permanente; para que funcione como una verdadera comunidad, donde los valores estén siempre presentes en la realidad y no en teoría.

Los valores que más interesan al educador son los de índole moral, pues son los que contribuyen a que nos apropiemos de nuestra dignidad específicamente humana y nos orientan al ejercicio responsable de nuestra libertad. Los hombres no actuamos movidos por instintos genéticamente, ya que el comportamiento humano no tendría un rumbo -tal vez fuera autodestructivo-, los individuos somos libres de elegir, pero es importante que esa elección la realicemos estando conscientes de las consecuencias que nuestros actos traerán.

Con respecto a la educación y de cara a los retos de la globalización, considero que es fundamental que los jóvenes estén preparados para elegir y hacer frente de manera crítica y propositiva, a la apertura de la información, el acceso a los conocimientos más avanzados así como los adelantos técnicos con que cuentan los países desarrollados.

Lo anterior con la finalidad de que no se dejen influenciar por los medios de comunicación – que los tiene cautivos en un mercado donde se tiene acceso al consumo desmedido-, además que siempre les están asediando con violencia; y que corren el riesgo de convertirlos en mano de obra barata.

Estoy plenamente convencida que con la educación cimentada en valores, estaremos apoyando un cambio en nuestros jóvenes, porque con una mentalidad diferente se pueden poner en práctica los valores, lo que traerá como consecuencia individuos íntegros y felices, que serán motor de cambio de la sociedad y del país.